martes, 20 de mayo de 2014

Rechinar de dientes, el crujir de los huesos.

Han pasado ya miles de días, de noches y de situaciones desde las ultimas letras consignadas aquí. Esta noche, de espectros silenciosos y de nubes enfermas, la vida se ha convertido en una danza armónica de la rutina y la incertidumbre. Hoy me veo un poco más viejo pero perfectamente menos sabio. Los años han pasado y me encuentro nuevamente pensando en blanco y negro, en la posibilidad de estar imposibilitado para ver de frente al porvenir. ¿En qué punto se equivocó el camino? Hace un par de años me sentaba frente a este lugar, consignando pensamientos desordenados que se encaminaban en mantener el imaginario de un Ser Yo. Hoy me enfrento nuevamente a ese espacio tras divagar por estas redes en búsqueda de certezas y señales que confirmen o desmientan los discursos políticos del presente, se presentan ante mí cientos de manchas deformes a las que mi percepción les da sentido; letras de años y personajes que nada atañen a la linea de este libro vacío. Tal vez las evidencias sean un mejor lugar que este presente, tan vilipendiado últimamente por los actores del conflicto. ¿He despertado de una ensoñación triste, para entender que la realidad no es mucho mejor? Esta madrugada nuevamente siento el peso de mis años sobre los hombros, siento el cansancio en los pies de trasegar por caminos incorrectos en búsqueda del sendero adecuado... He aventurado mis esfuerzos a buscar una tranquilidad inmerecida... ¿Será este el premio bien merecido a tan oscuros pensamientos pasados y acciones criminales?