miércoles, 17 de diciembre de 2008

Del Amigo

Uno solo siempre termina por convertirse en dos. Así piensa el solitario. Mi yo y mi otro yo estan hablando casi sin interrupcion.
¿Cómo podria soportarse esto si no hubiese un tercero que es el Amigo, quien impide que los otros dos se hundan en el abismo?
Porque existen muchas profundidades para el solitario. Por eso todos aspiran a tener un amigo a su nivel.
Nuestra fé en los otros revela el objeto de nuestra fé en nosotros mismos. Nuestro deseo de un amigo descubre nuestro pensamiento.
Aquel que no osa buscar la amistad, parece gritar: <<¡Se al menos, mi enemigo!>>
Si se quiere tener un amigo es preciso tambien querer combatir por él y para combatir es preciso poder ser enemigo.
Hay que honrar el enemigo en el amigo.
En el amigo se debe ver al mejor enemigo. y, cuando luchas contra este, has de estar lo mas próximo posible de su corazón.
¿No quieres disimular delante de tu amigo? ¿Quieres darte a él tal como eres? ¡Ten cuidado no te envíe al diablo!
quien no sabe disimular, ofende. He aquí por qué es preciso temer a la desnudez. Ciertamente, si tu fueses un dios, tendrias vergüenza de los vestidos que te cubren.
¿Has visto dormir a tu amigo? ¿Conoces su forma? ¿Cómo es el rostro de tu amigo? Es el espejo grosero y ordinario de tu propio rostro.
¡Oh, amigo mio! El hombre es una cosa que debe ser superada.
En los sueños debes verlo todo, y a tu amigo, divinizado, descubrirle lo que hace cuando esta despierto.
Si tu amigo necesita piedad, procura saber si la quiere. Porque acaso lo que desea de ti es el gesto fiero y la imagen de la impavidez.
Has de hacer de modo que la conmiseracion que sientas por tu amigo se disfrace de rudeza, porque en eso sólo encontraréis la elegancia y la dulzura.
¿Eres tú para tu amigo aire puro y soledad? ¿Eres pan y medicamento?
Hay hombres que no pueden libertarse de su propia cadena y son libertadores de sus amigos.
Si eres un esclavo no puedes tener un amigo. Si eres un tirano lo tendrás.
Desde hace mucho tiempo el esclavo y el tirano se hallan ocultos de la mujer.
Por esta razón, la mujer es incapaz de amistad. Ella sólo conoce el amor.
En el amor de la mujer hay injusticia y ceguera respecto a todo lo que ella no ama.
Incluso en el amor de la mujer consciente existe el lado de la luz, la sorpreza, el relámpago y la noche.
La mujer no es todavia capaz de amistad. Gatas, he aquí lo que son siempre las mujeres, gatas y pájaros. Y, cuando las cosas van mejor, vacas.
La mujer todavia no es capaz de amistad. Pero decidme vosotros, hombres, ¿cuáles de entre vosotros sois capaces de amistad?
¡Maldicion sobre vuestra miseria y codicia del alma! ¡Oh, hombres!
Lo que sois capaces de dar a los amigos, podéis darlo igual a vuestros enemigos, sin que por eso seais menos miserables.
Existe la camaraderia. ¡Que exista tambien la amistad!
Así hablaba Zaratustra.
Federico Guillermo Nietzsche. Así hablaba Zaratustra, pags 39 y 40

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