miércoles, 31 de diciembre de 2008

Para pulir...

Quisiera ver tu piel expuesta a la pálida luz de la noche, sentir el olor del deseo en cada poro, apreciar la curvatura de tu espalda mientras el frio desaparece a cada centímetro que mi cuerpo se acerca al tuyo. Creo que me encanta la idea de que las palabras tomen vida realmente, para mi el sexo debe ser melódico, salvaje, instintivo y esa es la magia que tienen las palabras; permiten jugar con los instintos, ver como al pronunciarlas el ambiente cambia de colores cuando el orgasmo se presenta, cuando la persona a la que brindas placer cae en trance. Es la expresión del sentir que la espalda, las piernas y los brazos pesan como el mundo pero la pasión tiene la fuerza de mil soles y se desborda a través de las letras imperceptibles.

Igual todo en esta vida es de tiempos, de experiencias y de aprender... al final de cuentas la vida es un cumulo de anotaciones imperceptibles en la memoria que marcan hasta la mas pequeña fibra y nos construyen. Como que a veces uno puede sentir la esencia de alguien flotando entre la piel, recrear historias vividas de forma tan hermosa con solo acordarse de un olor, una caricia, el sabor de una lagrima, de unos labios voluptuosos que devoraban todo a su paso, que se comían el alma hasta sus huesos inmortales para volverlos a escupir… esas veces intermitentes y lumínicas son epifanías que duelen en el alma porque son como pedazos propios diseminados en el pasado, en ti mismo, como vidrios despedazados de una ventana rota, como esquirlas de metralla, restos de uranio atómico diseminados por el cuerpo haciendo de los recuerdos un arma de destrucción masiva.

Estaba esperando volver a sacar palabras como estas de algún lado, estaban atoradas en la garganta y ahora siento que van a reventarme en la cara